En el transcurso de la guerra, el campo de concentración de Dachau se convirtió, cada vez más, en un centro de asesinatos masivos: desde octubre de 1941, miles de prisioneros de guerra soviéticos fueron fusilados; otros presos, condenados a muerte por la Gestapo, también fueron transportados a Dachau y ejecutados. También muchos prisioneros murieron durante los experimentos realizados por médicos de las SS: experimentos sobre presión atmosférica, hipotermia, malaria, etc. A comienzos de enero de 1942, más de 3.000 prisioneros fueron enviados a las instituciones mentales del Castillo de Hartheim, cerca de Linz, en los denominados “transportes de inválidos”, donde eran asesinados con gas venenoso. |